domingo, 6 de septiembre de 2009
Escenario frecuente
Con esas flores grandes en el pelo, los hombres que la encontrasen fiera, la hubieran calificado de ridícula y hasta risible; mientras que el enamorado admira el adorno con las manos y se regocija de orgullo por besarle en la calle delante de los otros hombres, de las otras mujeres y del sol escondido, avergonzado y gris por encontrarla desagraciada y, entonces por consecuencia, bien ridícula también.
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